Maltrátame mujer, que no me quejo.
No es
bueno que me injuries, que me mientas.
Mejor que seas sincera, que te sientas
traidora
que meÂ
infama en su manejo.
Â
Alegas
sinrazones sin gracejo;
pretendes
que tolere tus afrentas,
e
intentas consentirme a cornamentas,
y
aguante tus ultrajes sin complejo.
Tienes
tu dura frente intoxicada
por
cábalas en las que loca giras,
y
quieres disculpar tu bufonada.
Me
apena que queriendo ser amada
pretendas
que me engulla tus mentiras,
y
piense yo que aquí no pasa nada.
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Perdido estás, hallado eres culpable.
La máxima expresión del mal agüero,
que
roba como infame bandolero,
la paz de tu familia deleznable.
No
cejas en tu empeño abominable,
de
ser un macho rudo y farolero.
Poder mandar, matar por el dinero,
a todo lo que sea sano y amable.
Tus
hijos te maldicen entre dientes,
y
penan inocentes tu arrogancia,
inermes ante tanta intolerancia.
Pedante,
con desfachatez les mientes.
Exhibes ante todos tu jactancia,
y
a todos les produces repugnancia.
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