LOS TARTESOS (2da. Parte) Raphaël Marí Caselles  Gran cantidad de fábulas se han tejido
en torno a los TARTESOS. Así, dijeron que eran poseedores de una ingente
flota con áncoras de plata creada por el Rey Gerión, un ser con tres cabezas
que, según cuentan, cayó muerto a manos de Hércules. Gerón (o Gerión),
de acuerdo con los anales, dícese que combatió con Heracles porque éste vino
a robarle sus ganados de bueyes. Otros datos cuentan a otros reyes: Nórax,
nieto de Gerión, que llegó hasta Cerdeña. Era conocido como "el rey
viajero", de cuyo nombre provenía el de los monumentos megalíticos -nuraghi-
existentes en aquella isla; Gárgoris, que fue quien descubrió la miel y fundó
otra dinastía; el hijo adoptivo de Gárgoris, Habis, inventó la agricultura,
dividiendo al pueblo en siete clases sociales - o ciudades -Â
prohibiendo el trabajo manual a la más elevada, y otro rey, llamado
Arganthonios, legendario, y que es el que más visos de historicidad posee.Â
Argantohonios era conocido como "hombre de la plata". Â Según
Heródoto, vivió 120 años (670-550 a.C), reinando durante 80 (630-550 c.C).Â
Bajo el reinado de Heródoto viajó hasta allí el navegante Kolaios de
Samos, quien, a su regreso a Grecia, dió a conocer las inmensas riquezas de la
zona, inaugurando así una breve pero próspera época de relación comercial
entre los griegos de Fócida y los TARTESOS. ArganhtoniosÂ
fundamentó el mito de la felicidad y la riqueza de los TARTESOSÂ
y el reino llegó a alcanzar su máximo esplendor, dominando la actualÂ
Andalucía y el Levante español, hasta Alicante. Según Heródoto, éste
ofreció asilo en su reino a los fóceos, temerosos de los persas. Donde aparece por vez primera el nombre
de Tarsis (TARTESOS,TARTESSOS o TARTESIOS) es en
la Biblia, indicándose el país donde los fenicios acudían con sus naves en
busca de metales.
La arqueología ha revelado que los
cementerios tartésicos están organizados en túmulos -círculos con
enterramientos dispuestos alrededor de una tumba principal y cubiertos por un
montículo de tierra-, como ha podido verse en Setefilla (Lora del Río), en Las
Cumbres (Puerto de Santa María) o en Carmona, siempre fuera de la ciudad y
cerca de un río. Mayoritariamente practicaban el rito de la cremación
del cadáver, recibiendo ofrendas de categoría, valor y significicado
desiguales, según fuese la importancia del difunto. En Sierra Morena numerosos santuarios
parecen tener un origen tartesio, ya que en ellos se han encontrado abundantes
exvotos de bronce que muy bien pudieran ser un recuerdo ancestral del culto que
había en aquellos lugares. Resulta notable la noticia transmitida
por el escritor griego Posidonio al afirmar que los TARTESOS eran gente
hospitalaria y liberal, activos "ampulosos y de genio alegre", lo cual
entronca casi en la rayana perfección con el carácter de los actuales
andaluces de la costa. Los TARTESOS conocieron la escritura, pero su alfabeto era distinto al íbero, lo que hace suponer que, si bien procedían de un mismo tronco, íberos y TARTESOS se diversificaron durante la época prehistórica, diversidad que se agrandó al entrar en la Historia. Acerca de su lengua y los entronques de la misma, no se excluye la posibilidad de que ésta tuviese influencias de la de otros pueblos como pudieron ser los etruscos, cretenses e incluso, caucásicos. |
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