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HUELLAS
Enrique Vega
León
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Me gustaba pararme en la puerta tan solo
para verte despedir de mi madre.
Después, miraba las huellas que dejaban tus pasos en la arena
y colocaba mis pequeños pies dentro de ellas
tratando de igualarlas. Faltaba mucho, sin embargo,
así descubrí una manera de jugar contigo
aun cuando no estuvieras junto a mí.
Hoy, el peso de tu cuerpo no estará más para sellar
la arena con tus pasos,
y aunque mis pies crecieron y envejecieronÂ
tanto como los tuyos de ese entonces,
no alcanzarían nunca la dimensión que ellos tuvieronÂ
para mí en ese tiempo.
Hoy, me despido de mi esposa en la puerta de mi casa y no sé
si mis hijos contemplan mis huellas cuando me voy
como yo lo hacía contigo.
Y si me dejaste un camino para encontrarte, padre,
me será fácil encontrarlo, lo prometo.
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