ANTONIO BUERO VALLEJO
(GUADALAJARA, 1916 -MADRID, 2000)
Francisco Arias Solis

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"El fondo de cualquier problema dram�tico es
siempre ... el de la lucha del hombre,
con sus limitaciones, por la libertad."
Antonio Buero Vallejo. |
LA VOZ DE LA HONRADEZ INTELECTUAL
Antonio Buero Vallejo es, sin duda, uno de los dramaturgos espa�oles m�s honrado. La honradez de Buero, es , adem�s, una honradez dif�cil: la de un hombre aut�ntico que, sin dejar de serlo, revisa sus propias opiniones y las adapta a la evoluci�n de su pensamiento y su experiencia de la vida. En Buero tenemos el caso de una insobornable honradez intelectual, de un hombre que no aliena su libertad creadora y su responsabilidad consigo mismo en el falso espejismo de una imagen nuestra que ha pereclitado ya hace tiempo. Por eso es una tarea interesante la de acudir a sus obras y observar el camino de un hombre que va buscando la verdad, a costa de todo, por los entresijos oscuros del mundo y de los hombres que nos rodean.
En su primera obra, Historia de una escalera, se nos ofrecen treinta a�os de vida de unas gentes que no logran salir de su pobreza y donde el destino de los hombres da vuelta angustiosamente en un c�rculo que no tiene salida: los sue�os ilusionados de la juventud y la miseria vergonzante de la vejez.
En su obra siguiente, En la ardiente oscuridad, Buero nos presenta un centro de ciegos donde estos tienen la vida organizada a su imagen y semejanza, por lo que se sienten felices y alegres; all� los ciegos estudian, juegan, r�en, se enamoran y se casan juntos. Pero la llegada de un nuevo ciego, rebelde y amargado, empieza a crear el descontento y la desesperaci�n entre sus compa�eros "invidentes". Les mete en la cabeza que su mundo no es el �nico, como ellos quieren creer; que hay un mundo de "videntes", el aut�ntico, donde la vida es bella y est� cargada de luz y claridad. La similitud de esta obra con el mito plat�nico de la caverna es claramente manifiesta.
Antonio Buero Vallejo nace en Guadalajara el 29 de septiembre de 1916. Estudia primeras letras con su padre y , posteriormente, con un profesor particular. En 1926 ingresa en el Instituto de Segunda Ense�anza. All� conoce y establece amistad con Ram�n de Garciasol. En 1933, Buero gana el primer premio literario de su vida. Llega a Madrid en 1934 y se matricula en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando para realizarse como pintor. En 1936, se incorpora a la milicia y es destinado al frente del Jarama de donde ser� trasladado al frente de Arag�n. Al terminar la guerra civil, es detenido y trasladado a un campo de concentraci�n: al de Soneja, en la provincia de Castell�n. Estuvo condenado a muerte durante meses, temiendo cada amanecer que se cumpliera la sentencia. Pero, por fortuna, la sentencia no se cumpli�. Fue conmutada por la pena de prisi�n que sufre durante m�s de seis a�os en Yeser�as, en el penal del Dueso, en Santa Rita, en Oca�a... Compa�ero de cautiverio de Miguel Hern�ndez hasta la muerte del poeta, Buero Vallejo permaneci� en prisi�n hasta 1946. En 1957 logra el Premio Nacional de Teatro con Hoy es fiesta. En 1971 ingresa en la Real Academia Espa�ola, su discurso de ingreso vers� sobre teatro y acerca de un autor al que admiraba con el t�tulo de Federico Garc�a Lorca ante el espect�culo. En 1986 recibi� el premio Cervantes y diez a�os m�s tarde fue distinguido con el Premio Nacional de las Letras por el conjunto de su obra. Antonio Buero Vallejo falleci� en Madrid, el 28 de abril de 2000.
Antes de sus primeros intentos teatrales, Buero Vallejo publica un estudio sobre el gran dibujante franc�s Gustave Dor�, el ensayo se denomina: Gustave Dor�: Estudio cr�tico-biogr�fico.
Entre sus numerosas obras destacan: Historia de una escalera, En la ardiente oscuridad, Madrugada, Irene o el tesoro, Hoy es fiesta, Las cartas boca abajo, El concierto de San Ovidio, El tragaluz, El sue�o de la raz�n y La Fundaci�n.
El teatro de Buero Vallejo podr�a calificarse de humanista, si por tal entendemos una apasionada defensa de la dignidad del hombre y de todo lo que esto conlleva. Ese humanismo, por otro lado, no aparece nunca en Buero Vallejo de modo panfletario ni categ�rico, sino dram�ticamente problematizado.
A trav�s de la inteligencia, a trav�s de la verdad y a trav�s de la autenticidad ha buscado su est�tica y su teor�a del arte teatral Antonio Buero Vallejo, un gran dramaturgo y un hombre honrado. Y como dijo Buero: "Hay que esperar... Esperar siempre... La esperanza nunca termina... La esperanza es
infinita..."

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