LA CARTA INESPERADAÂ
DE MATILDE A PABLO NERUDA
Tony Pichs ©2001Â
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Pablo, en el momento que leas estas líneas recordaras la fragancia que nos trajo el destino cuando por esas cosas de la vida o de la muerte
el barro de oro con que se edificó nuestro amor todavía sigue presente como las mañanas que permiten que las flores despierten alegres y que el río siga con su silencio que es el que me ha acompañado en todo este tiempo, en el que solo vivo de tus recuerdos pues solo siento el fuego de tus besos rojos y las suaves manos que solo escriben verdades que salen de tu corazón inmenso.
Si, encontré por el aire esa carta llamada sin respuestas que entre montañas y piedras abandonadas apenas se podía leer el dolor que traíaÂ
y entre borrosos puntos y comas, se sentía un lejano camino que llora y lloro por la ausencia de un beso que quedó ausente.
Sé, que entregaste tus manos al dolor que eso conlleva, las de venderlas al mundo que nos rodeaba para seguir un destino incierto que solo me dejó tus ojos de miel y de niño que anhela la vida.
Bienamado Pablo de mis sueños,
Cuanto extraña mi tierra tus sonetos y tu cuerpo rígido. Cuantas veces en las noches me pierdo en el trigal esperando la hora de que una luz me lleve a tu lado para que nuestros huesos se unan en la araucana tierra que me dio tu amor
Alguien ya hace mucho que me escribió, pidiéndome que le cuente como es que sigue fuerte la raíz que nos une a pesar del tiempo y cuenta que a través de ti, aprendió sus primeras letras. Solo le puedo decir que te he amado a oscuras, con paciencia. Te he amado como las plantas aman su jardín. Te he amado sin saber que te amaba. Te he amado como se ama a la primavera y al trigo, no podría de otra manera amarte, pues mi corazón no deja otro espacio.Â

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